domingo, 4 de diciembre de 2011

CRONICAS MARCIANAS





“Lemon Tree” sonaba en el celular de Marcia. Era el ringtone que había escogido para Mauricio, con quien llevaba viviendo exactamente un año. No era “el tema de ellos”… ni siquiera tenían un “tema de ellos”, pero Marcia lo eligió porque le gustaba la tonada. Mauricio no soportaba esa canción un solo día más, pero no decía nada.

–¡Hooolaaa! –atendió Marcia, con la misma alegría de siempre.
–Escuchame –respondió Mauricio algo exaltado–. Cerrá todo… no le abras la puerta a nadie… después te llamo.
Y cortó antes de que Marcia pudiera responder algo.

Marcia tardó unos segundos en reaccionar. ¿Qué está pasando?, se preguntó, y llamó a Mauricio pero nadie respondía. Entonces decidió hacer caso, y comenzó a cerrar las puertas y ventanas. Con todas las cortinas cerradas, la casa quedó en penumbras.



M&M era como Mauricio llamaba a la pareja, e incluso así fue como bautizó la casa. En el jardín había una piedra laja pintada a mano que lo atestiguaba. “Por suerte se te ocurrió nombrar así la casa, y no a tus hijos” le había dicho Marcia en aquel entonces. Pero eso era antes… desde hace un mes que Mauricio no era el mismo… Algo raro estaba sucediendo, y la llamada de hoy era la gota que rebasó el vaso.

Con toda la casa cerrada, encendió la televisión y se puso a esperar. Fue entonces cuando Mauricio volvió a llamar.

–¡¿Qué esta pasando?! –respondió Marcia.
–¿Cerraste todo? –le preguntó Mauricio agitado como si estuviera corriendo.
–Si, pero…
–¡Quedate ahí, no le abras la puerta a nadie, y no mires para afuera! –interrumpió Mauricio.

Nuevamente cortó la llamada sin dar explicación alguna. Pero esta vez Marcia pudo escuchar un instante antes, que Mauricio le decía a alguien: “ya vienen”.

Marcia caminaba en círculos por la casa mientras se revolvía el pelo con su mano derecha. Cada vez más preocupada, y con el “ya vienen” rondando en su cabeza. ¿Quiénes vienen? ¿De qué, y con quien hablaba Mauricio? ¿Existía algún peligro, y por eso tanta advertencia y recaudo en cerrar las puertas y ventanas?

De repente un estruendo hizo saltar a Marcia, sacándola de sus pensamientos. Bien podía ser un petardo, o un disparo. Marcia no podía asegurarlo y tanto misterio ya la atemorizaba. Tomó el teléfono y llamó a la vecina Doña Esperanza, a casa de sus padres, a su amiga Ana, de nuevo a Mauricio… y nadie respondía. ¿Dónde está todo el mundo?

Lemon Tree sonó nuevamente. Era Mauricio.
–¡¿Decime que esta pasando?! ¡Carajo! –le gritó Marcia.
–Vos quedate ahí que estas bien –respondió Mauricio con voz calmada– no hables con nadie, no llames a nadie, no salgas, y no mires para afuera… Yo estoy yendo para ahí.

La llamada de Mauricio no la tranquilizó. Por el contrario, estaba aun más nerviosa. Apagó la televisión y se paseó por las oscuras habitaciones en silencio, verificando que todo estuviera cerrado y en orden. Entonces escuchó un auto que estacionaba. Corrió hacia el frente, esperanzada de que sea Mauricio, pero se detuvo cuando escuchó ladrar al perro.

“El Bobby no le ladra a Mauricio…” pensó Marcia, y se angustió al darse cuenta que había olvidado entrar el perro a la casa.

Había murmullo en el jardín. Con los ladridos y el hecho de que todo estaba cerrado herméticamente, Marcia no podía entender que decían. Otros dos autos más llegaron, y Bobby estaba ladrando furiosamente. El murmullo crecía, y estaba cada vez más cerca.
Pasó por la cocina, tomó la cuchilla más grande y se sentó de espaldas a la puerta del frente, lista para lo que sea. El “ya vienen” de Mauricio le daba vueltas por la cabeza. Efectivamente, los que “ya vienen”, ya vinieron, y en cualquier momento van a querer entrar.

Decidió que no podía esperar más, y que debía enfrentar lo que sea que estaba sucediendo. Abrió la puerta de golpe y saltó afuera cuchilla en mano.

–¡Vengan que los atiendo de a uno! ¡Hijos de puta! –gritó Marcia.

Fue entonces cuando vio a vecinos, amigos, y familia en su patio. En el medio estaba Mauricio con un ramo de rosas y una caja de bombones con forma de corazón.

–¡Feliz aniversario! –le dijo Mauricio.

A pesar del gesto romántico, el Bobby no durmió solo esa noche.


El_Hincha

4 comentarios:

NuMaN dijo...

Juaaaa.
Hasta el romanticismo tiene sus límites.Marcia fue demasiado benevolente con el plotudo...
Buen regreso!

Bichicome dijo...

Excelente.

Te lo voy a robar en breve.

Detaquito dijo...

HIncha, gracias a Dios has regresado entre nosotros!!

Excelente relato, como de costumbre, eso si, Marcia no banca nada, era una jodita para el cabezon!!

Che Mafalda dijo...

Jajajaja. Muy muy buena.

Saluditos saluditos.